Ayer fue uno de esos días en los que no me apetecía cocinar... Pero la necesidad manda, y mi estómago pedía a gritos una ingesta urgente de proteínas.
En noches como ésta, todo es cuestión de abrir la nevera, coger lo que haya y experimentar, que de eso sé algo y no se me da nada mal: una cebolleta, medio calabacín, un par de palitos de surimi y unas gambas, añado un par de huevos - eso siempre hay que echarle a la vida ;) - et voilà!
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