martes, 10 de abril de 2012

Amor, cariño y tiempo


   Mi abuelo solía decir que a la cocina hay que ponerle mucho amor, cariño y tiempo. Es precisamente esto último lo que nos falta en los tiempos que corren, y la principal razón por la que muchos no se atrevan a meterse en la cocina por un motivo más lejano que ir a la nevera a por un yogurt o una cerveza... y siempre he pensado que es una pena. 
   Comprendo que la cocina tiene que gustar, y reconozco que tengo muchos amigos y amigas que no cocinan porque realmente no les atrae, pero sé que uno de los principales motivos de la falta de interés por la elaboración de lo culinario, se debe a esa elevación de mitos y prejuicios entorno a un fogón, que han sido originados por tradiciones estereotipadas y necesidades obligadas, por ese deber intencionado que, reconozcámoslo, se le ha otorgado sin medida a la mujer. 
   Lejos de originar controversia, mi blog pretende abrir la cocina a todos y a todas, independientemente de que los dedos que estén tecleando estas palabras sean los de una mujer. Y eso que en mi familia el panorama es dominado por un matriarcado gastronómico, donde las recetas pasan de abuelas a madres, de madres a hijas, de tías a sobrinas, de abuelas a nietas... pero, paradojas de la vida, donde el pilar fundamental de ese entramado de manos femeninas, bocas suntuosas, y saber hacer fue curiosamente, un hombre: mi abuelo Pepe.
   La receta que os muestro ahora no es de las más laboriosas que he compartido, pero hoy, al hacerla en casa, me he dado cuenta de que una cosa tan sencilla como un pescado al horno necesita también, además de sus ingredientes, los aderezos más difíciles de añadir: amor, cariño y tiempo.


PD: sé que en estos momentos no podéis dedicarle todo el tiempo que debiera a esta receta pero de los dos ingredientes restantes os podéis empachar... ;)





Dorada al horno con aroma de tomillo


Ingredientes:
 - 2 doradas medianas limpias
 - 3 patatas grandes
 - 1 cebolla grande
 - 3 cebolletas
 - 1 tomate maduro
 - 1 vaso de vino de guisar
 - 1 rama de tomillo 
 - pimienta molida
 - aceite de oliva, agua y sal

Preparación:
En una fuente de horno se colocan las patatas peladas y cortadas en láminas de menos de 1 centímetro, la cebolla laminada y las cebolletas cortadas en trozos. Se salpimentan y añadimos el tomillo desmenuzado, un buen chorro de aceite de oliva y 3/4 partes del vaso de vino. Si fuera necesario, agregamos un poquito de agua. Ponemos la fuente en el horno previamente precalentado a 200 º C y dos alturas (es decir, por arriba y por abajo), y dejamos cocer unos 30 minutos, comprobando de vez en cuando que no se queme por arriba, y hasta que la patata esté tierna. 



Mientras, salamos las doradas por dentro y por fuera. Cortamos el tomate en láminas finas.






Colocamos las doradas encima de las patatas, las rodeamos con las láminas de tomate y añadimos el resto del vino, con un poco de aceite de oliva; metemos la fuente en el horno a 225º C durante 20 minutos, hasta que la piel se separe de la carne de las doradas y se ponga tostada.






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