sábado, 14 de abril de 2012

Cena express

   Ayer fue uno de esos días en los que no me apetecía cocinar... Pero la necesidad manda, y mi estómago pedía a gritos una ingesta urgente de proteínas.
   En noches como ésta, todo es cuestión de abrir la nevera, coger lo que haya y experimentar, que de eso sé algo y no se me da nada mal: una cebolleta, medio calabacín, un par de palitos de surimi y unas gambas, añado un par de huevos - eso siempre hay que echarle a la vida ;) - et voilà!

viernes, 13 de abril de 2012

Almuerzo con Código de barra

   Hoy es uno de esos días soleados, alegres, casi primaverales... si no fuera por el fuerte viento que sopla en la ciudad desde la noche de ayer. Al mediodía fui buscando con una amiga un pequeño recodo en el casco antiguo en el que apenas se notase el viento y pudiésemos disfrutar de unos rayos de sol durante el almuerzo. 
   Y me acordé de mi último descubrimiento gastronómico, el Restaurante Código de Barra, situado en la plaza de Candelaria, y de reciente apertura.
   Algo me habían hablado de su cocina, y de una de sus tapas estrella: la espuma de patatas con pulpo a la gallega. Por si a alguno le suena, la última vez que tomé esa "delicatessen" fue en el antiguo restaurante La Cigüeña, emplazado entonces en la calle Plocia.
   Al final resultó que no tenían la espuma de patatas, y mi antojo se quedo insatisfecho, pero hemos disfrutado de otras tapas igualmente exquisitas, y de una sobremesa en compañía de la brisa y de una estampa de lo más primaveral. 



Una original versión de Ensaladilla Rusa

Rollito de salmón con queso crema e hinojo

Rissotto de setas con magret de pato a la plancha


Albondiguillas de marisco con salsa de berberechos
Restaurante Código de barra
Plaza de Candelaria, 12
Cádiz

martes, 10 de abril de 2012

Amor, cariño y tiempo


   Mi abuelo solía decir que a la cocina hay que ponerle mucho amor, cariño y tiempo. Es precisamente esto último lo que nos falta en los tiempos que corren, y la principal razón por la que muchos no se atrevan a meterse en la cocina por un motivo más lejano que ir a la nevera a por un yogurt o una cerveza... y siempre he pensado que es una pena. 
   Comprendo que la cocina tiene que gustar, y reconozco que tengo muchos amigos y amigas que no cocinan porque realmente no les atrae, pero sé que uno de los principales motivos de la falta de interés por la elaboración de lo culinario, se debe a esa elevación de mitos y prejuicios entorno a un fogón, que han sido originados por tradiciones estereotipadas y necesidades obligadas, por ese deber intencionado que, reconozcámoslo, se le ha otorgado sin medida a la mujer. 
   Lejos de originar controversia, mi blog pretende abrir la cocina a todos y a todas, independientemente de que los dedos que estén tecleando estas palabras sean los de una mujer. Y eso que en mi familia el panorama es dominado por un matriarcado gastronómico, donde las recetas pasan de abuelas a madres, de madres a hijas, de tías a sobrinas, de abuelas a nietas... pero, paradojas de la vida, donde el pilar fundamental de ese entramado de manos femeninas, bocas suntuosas, y saber hacer fue curiosamente, un hombre: mi abuelo Pepe.
   La receta que os muestro ahora no es de las más laboriosas que he compartido, pero hoy, al hacerla en casa, me he dado cuenta de que una cosa tan sencilla como un pescado al horno necesita también, además de sus ingredientes, los aderezos más difíciles de añadir: amor, cariño y tiempo.


PD: sé que en estos momentos no podéis dedicarle todo el tiempo que debiera a esta receta pero de los dos ingredientes restantes os podéis empachar... ;)





Dorada al horno con aroma de tomillo


Ingredientes:
 - 2 doradas medianas limpias
 - 3 patatas grandes
 - 1 cebolla grande
 - 3 cebolletas
 - 1 tomate maduro
 - 1 vaso de vino de guisar
 - 1 rama de tomillo 
 - pimienta molida
 - aceite de oliva, agua y sal

Preparación:
En una fuente de horno se colocan las patatas peladas y cortadas en láminas de menos de 1 centímetro, la cebolla laminada y las cebolletas cortadas en trozos. Se salpimentan y añadimos el tomillo desmenuzado, un buen chorro de aceite de oliva y 3/4 partes del vaso de vino. Si fuera necesario, agregamos un poquito de agua. Ponemos la fuente en el horno previamente precalentado a 200 º C y dos alturas (es decir, por arriba y por abajo), y dejamos cocer unos 30 minutos, comprobando de vez en cuando que no se queme por arriba, y hasta que la patata esté tierna. 



Mientras, salamos las doradas por dentro y por fuera. Cortamos el tomate en láminas finas.






Colocamos las doradas encima de las patatas, las rodeamos con las láminas de tomate y añadimos el resto del vino, con un poco de aceite de oliva; metemos la fuente en el horno a 225º C durante 20 minutos, hasta que la piel se separe de la carne de las doradas y se ponga tostada.






viernes, 6 de abril de 2012

Viernes Santo... Vigilia

Hoy es Viernes Santo, y por tanto Vigilia. Yo no soy muy religiosa y tampoco suelo seguir las tradiciones religiosas, pero en mi familia siempre hemos tenido la costumbre de comer garbanzos con bacalao en Viernes Santo, y esa tradición culinaria sí que me gusta seguirla, porque os aseguro que sustituir la carne por este delicioso guiso no es ningún sacrificio... ;)
Aquí os dejo la receta familiar de los garbanzos con bacalao. Doy fe de que está exquisito, pues son casi las diez de la noche y todavía tengo la tripa llena del platazo que me he tomado al mediodía. 
¡Que lo disfrutéis"


Ingredientes:


 - 1 kg. de bacalao
 - 7 dientes de ajo
 - 2 cebollas
 - 1 pimiento rojo grande
 - 2 pimientos verdes de freír
 - 2 tomates grandes muy rojos
 - 3 botes de 570 gr. de garbanzos cocidos
 - 1 cucharadita de postre de cominos
 - 1/2 cucharadita de postre de pimienta molida
 - 1 sobre pequeño de azafrán
 - Hierbabuena
 - Aceite de oliva, agua y sal

Elaboración:

Dos días antes de preparar el  guiso, ponemos el bacalao a desalar en agua fría. Cambiaremos el agua cada 8 horas. En el caso de que compremos el bacalao desalado, no hará falta realizar este paso. 
Lo primero será cortar el bacalao en trozos medianos. Enharinamos cada trozo y lo freímos en una sartén grande con abundante aceite de oliva. Cuando el bacalao esté dorado lo retiramos, le quitamos el exceso de aceite con papel de cocina, y reservamos.
En la misma sartén donde hemos frito el bacalao, haremos el sofrito. pero antes debemos quitar parte del aceite, que utilizaremos para otro día. Dejamos un dedo aproximadamente de aceite de oliva. Agregamos los dientes de ajo pelados y enteros y la cebolla cortada en trozos grandes. A continuación, añadimos los pimientos cortados en trozos y sofreímos bien durante 15 minutos a fuego medio. Cuando la cebolla y los pimientos empiecen a estar tiernos, añadimos el tomate cortado en gajos y removemos bien. Dejamos cocer unos 10-15 minutos más, hasta que las verduras estén totalmente tiernas. 
Salamos el sofrito. Cuando esté listo, lo retiramos del fuego y lo pasamos por la batidora, hasta que quede una mezcla homogénea.
Mientras, ponemos a escurrir los garbanzos en un escurridor, y los lavamos bien para que suelten el agua de conserva. En una olla muy grande ponemos un poco del aceite de oliva sobrante que guardamos antes, el azafrán y los garbanzos escurridos. Cogemos los cominos y los ponemos en la palma de la mano, los aplastamos bien con las dos manos abriendo el grano y vamos echándolos poco a poco a los garbanzos. Hacemos lo mismo con la pimienta molida. Removemos bien para que se mezclen las especias. 
Cuando empiecen a sofreirse los garbanzos, agregamos el sofrito, con dos vasos de agua y mezclamos todo, poniendo el guiso a fuego vivo hasta que empiece a hervir. Ahora probamos el caldo para ver que esté bien de sal, añadiendo un poco más si fuera necesario. 
Cuando el guiso hierva unos 5 minutos, añadimos los trozos de bacalao frito y la hierbabuena, dejando hervir otros 10 minutos más. 
Cuando el guiso esté listo, apagamos el fuego y dejamos reposar unos 15 minutos. 




lunes, 2 de abril de 2012

Arroz picante con solomillo ibérico y setas

El solomillo es una de las carnes más exquisitas del cerdo ibérico. Normalmente se suele comer a la plancha, pues la carne, muy tierna, mantiene un sabor inconfundible sin necesidad de aderezo ninguno. Pero para variar, hoy os dejo una receta de arroz con solomillo ibérico, que estoy segura os encantará.

Ingredientes: (para 4 personas)

 - 2 dientes de ajo
 - 1 pimiento rojo
 - 1 pimiento verde
 - 1 tomate grande muy rojo
 - 1 manojo de espárragos verdes
 - 250 gr. de setas frescas
 - 1 solomillo de cerdo ibérico
 - 400 gr. de arroz bomba o de grano redondo
 - 1 cucharadita de pimentón picante
 - 1 pizca de colorante alimentario o azafrán en polvo
 - Aceite de oliva, agua, sal y pimienta molida
 - Perejil y limón para decorar






Elaboración:

En una cazuela se pone un poco de aceite de oliva y se ponen a freír los ajos muy picados, tal y como se ve en la primera fotografía. A continuación se añaden los pimientos picados y se sofríen bien durante 10 minutos. Cuando empiecen a estar tiernos se añade el tomate cortado en dados y se mezcla todo; se deja cocer durante 15 minutos a fuego medio. Si fuera necesario, añadimos un poco más de aceite. Mientras en una cazuela aparte, hervimos los espárragos troceados en un poco de agua con sal durante 10-15 minutos. Retiramos del fuego y reservamos los espárragos y el agua en donde se han cocido.
En la cazuela grande, cuando la verdura esté tierna y el tomate deshecho añadimos las setas troceadas, removemos y sofreímos (fotografía 2), y añadimos entonces la carne troceada y previamente salpimentada. Removemos bien con la espátula y dejamos freír unos 5 minutos. Cuando la carne esté dorada por fuera, añadimos el arroz (fotografía 3), sofreímos hasta que absorba el aceite del sofrito e incorporamos los espárragos (fotografía 4), removiendo bien los ingredientes. Ahora tenemos que condimentar con una cucharada de pimentón picante y una pizca de azafrán en polvo o colorante alimentario, para darle un toque de color. Comprobamos como está de sal y añadimos el agua, que será el doble de la cantidad de arroz, es decir, 800 ml. (fotografía 5). Parte de ese agua será el caldo de los espárragos que teníamos reservado. Dejamos cocer unos 18-20 minutos, hasta que el arroz esté listo (fotografía 6).


Tapamos la cazuela y dejamos reposar unos 5 minutos. Y aquí tenéis el arroz ya emplatado, lo he decorado con un poco de perejil y una rodaja de limón. Se ve rico, ¿verdad? ¡Qué aproveche!



domingo, 1 de abril de 2012

Ensaladilla rusa


Hoy tengo que confesar que tengo una manía culinaria. O por lo menos es algo que considero como manía, aunque en el fondo sonará hasta divertido: Cuando voy a algún bar o restaurante siento una tremenda curiosidad, si están en la carta, por probar dos platos básicos de nuestra gastronomía: uno de ellos es la tortilla de patatas, mi delirante obsesión de la cocina española y lo único capaz de merecer un empacho por mi parte hasta caer enferma. O lo que traducido resulta, "muero por la tortilla de papas"... Y la otra protagonista es la ensaladilla rusa, a la que voy a dedicarle el post de hoy. Reconozco que a veces me resulta molesto que alguien ordene en un bar alguno de estos dos platos tan típicos y repetitivos, porque siempre pienso que, ya que sales a comer fuera, mejor probar cosas nuevas que habitualmente no haces en casa. Pero en el fondo hay una parte de mí que apoya incondicionalmente a esa mano inocente que, levantada en el aire y orientada hacia el camarero, ordena con rotundidad que este grupo de acá va a tomar ensaladilla.
Así que, sin más preámbulos, aquí tenéis mi versión de la ensaladilla rusa, que no será la única, ni la mejor, ni la más fashion, ni la más completa, pero a mí me encanta y espero que a vosotros también. ;)




Ingredientes: (para 4 personas)

 - 3 patatas grandes
 - 2 zanahorias
 - 3 huevos duros
 - 1 taza pequeña de guisantes 
 - 10 palitos de cangrejo o surimi
 - 1/4 kg. de gambas
 - Mayonesa
 - Aceitunas para decorar
 - Sal


Elaboración:

la elaboración es muy sencilla; Hervimos en abundante agua las patatas, las zanahorias y los huevos, y en otro cazo aparte, los guisantes y después las gambas. Cuando todos los ingredientes estén cocidos, los picamos pequeños en un bol grande y mezclamos muy bien, añadiendo sal si fuera necesario. Yo suelo añadir la mayonesa con la patata aún tibia, para que coja más sabor. Normalmente la dejo en ese mismo bol y pongo una capa de mayonesa por encima, decorando finalmente con las aceitunas picaditas. También se puede guardar en un tuper y decorar a medida que se vaya consumiendo en un plato aparte.